Cuando hablamos de arquitectura modernista en España, quizás todas las miradas se dirigen a la ciudad de Barcelona, donde se concentra la mayor muestra arquitectónica modernista, con obras tan famosas como la casa Batlló o el Parque Güell de Antonio Gaudí.
Pero un día, hace un par de años, caminando por el barrio de Chueca en Madrid, me tropicé con un edificio de hermosas fachadas decoradas con motivos florales y balcones de forjas. Se trata nada menos que del Palacio Longoria. Más tarde me enteré que también es la sede de la SGAE. El autor de este edificio es José Grases Riera, que lo construyó en el año 1902 para un rico financiero llamado Javier González Longoria.
Cuando te tropiezas con este edificio tan atípico en Madrid, no puedes evitar fijarte en todo el conjunto. Si te detienes en él, puedes observar cómo se decora simétricamente la fachada con ornamentos vegetales.
No tuve oportunidad de ver el edificio por dentro, pero viendo fotos en internet, me recuerda al interior del Palau de la Música de de Barcelona, cuyo autor es Lluís Domènech i Montaner, uno de los máximos representantes del modernismo catalán y maestro de Gaudí.
La arquitectura modernista es una arquitectura cara, lujosa, burguesa... Los edificios modernistas intentan concentrar todas las artes en su arquitectura. Es por ello que el uso de la forja y los elementos decorativos de la fachada hacen que resulten tan monumentales. También el vidrio adquiere una gran importancia, donde las vidrieras, aparte de aportar luz, forman parte de la decoración del edificio. En muchos edificios modernistas, los muebles también forman parte del edificio, dado que son elementos acordes con la decoración del edificio.
Si tienes oportunidad de entrar algún día en el Palacio Longoria, merece la pena que te fijes en los elementos indicados en este artículo. Seguro que no te arrepentirás.
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