Una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo es este mausoleo, el Taj Majal, símbolo de la presencia constante del Islam, que deslumbra con sus bóvedas y minaretes, pero que también es testigo silencioso del destino de Shah Jahan, un emperador enamorado.
Para realizar el monumento eligió un lugar cercano a la ciudad de Agra, a la orilla del río Yamuna. La tumba de ella se situaría totalmente aislada, en el centro del conjunto. Debía de ser el punto desde donde convergieran todas las líneas del edificio, pero para desgracia del emperador, no fue así.
El cruel destino hizo que fuese traicionado por su hijo Aurangzeb. El monarca fue destronado y encarcelado. Desde las ventanas de su prisión podía contemplar la obra que custodiaba los restos de su esposa. Cuando falleció, fue enterrado junto a su esposa, en una cripta bajo el suelo del monumento, siguiendo la tradición musulmana.
A pesar de romperse la simetría del emperador cautivo, el resultado sigue siendo un magnífico edificio de marmol blanco que merece estar entre las Siete Maravillas del mundo actual.
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