Quizás no fuese la mejor cantante que pasó por Hollywood, ni la mejor en interpretación, pero era una estrella con luz propia y gran belleza. Quién no la recuerda en "Mujercitas", "Cleopatra" o "La gata sobre el tejado de Zinc", junto a Paul Newman. Liz Taylor fue una mujer apasionada, que vivía la vida intensamente. Buscó siempre la felicidad, en los hombres, con siete maridos y ocho bodas, en sus adicciones, el alcohol, las drogas, en la vuelta a la vida... Gran amiga de Michael Jackson y comprometida en las últimas décadas de su vida con la lucha contra el sida.
Lo que está claro es que esa mujer, de ojos color violeta, no pasó desapercibida en el mundo del Hollywood Dorado, y siempre será recordada.
Adios a los ojos más cautivadores e intensos del cine.
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