El primer artículo que escribí para el blog que estás leyendo, lo dediqué a los artistas urbanos (los urban sketchers): dibujantes que salen a la calle y plasman en una hoja de papel lo que ven a su alrededor. Pero a veces no es necesario salir de casa para dibujar. Objetos tan familiares como el típico cenicero, una lámpara, un jarrón e incluso la cosa más absurda puede servir para entretenernos y hacer que usemos una parte del cerebro que tenemos dormidilla. Podemos perdernos en un mundo de brillos y sombras de una manera sencilla y barata.
Cuando empiezas a hacer dibujos caseros no eres consciente de que algo familiar que ves todos los días, puede convertirse en un objeto complicado al intentar plasmarlo en un papel, así que aquí van algunas recomendaciones:
Cuando quieras dibujar algo, antes que nada, mira el objeto: sus proporciones (ancho, profundidad y altura), su línea de vida si la tiene (como los nervios de la hoja), su simetría, y sobre todo, observa cómo se reflejan las luces y las sombras en el objeto.
Empieza por cosas sencillas y ve complicándote a medida que tienes experiencia. Usa lo que quieras, desde un lápiz negro hasta témperas de colores. Experimenta, llena todo de rayones de colores hasta que des con los tonos que se aproximan a lo que estás viendo. Comprobarás que a medida que vayas obteniendo colores, verás más aún en el objeto.
No olvides que el blanco también es un color que muchas veces tenemos de fondo en el papel, así que juega con él, creando brillos sobre las sombras.
Y sobretodo, lo más importante, diviértete, ríete de lo que dibujas si te sale mal, y tómatelo con mucha calma.
Todos los dibujos que aparecen en este spot son realizados por la autora de este blog, Si quieres participar, mándame tus dibujos a cglujan@gmail.com con una reseña sobre los mismos, y te los publicaré con mucho gusto.
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